lunes, 29 de octubre de 2007

Aforismo


La belleza de una mujer que se sabe bella, es como la vida de quien ya supiera qué le depara el porvenir: Ambas pierden gran parte de su encanto.




miércoles, 24 de octubre de 2007

¿Te amé? (Seguimos con temática Octubre, ya queda poco...)




Quizás no fueras tú,

Sería el olor del aire frío de octubre,
sería aquella música,
sería que era un bonito día,
sería que fue una aún más bella noche...

Pero creo que te amé,

O tal vez amé aquel olor, aquella música,
aquel día, aquella noche...a través de tí.

Quizás no fuera amor, sino ganas de amar...

Pero,
¿Cómo no tenerlas?
Con aquel olor, aquella música,
aquel día, aquella noche...


A Leonor (es que ayer la ví en la tele...)

martes, 23 de octubre de 2007

Una triste noticia



Hoy me enteré de que el periodista Juan Antonio Cebrián murió el Domingo, a los 41 años.

He sentido mucho su muerte. Admiraba mucho su conocimiento, su manera de divulgarlo y comunicarlo, su curiosidad y su talante abierto pero riguroso.

Disfrutaba mucho de aquellas noches en la cama escuchando "La Rosa de los Vientos", hasta el final, sin la tensión del saber que tenía que dormir porque había que levantarme temprano, porque durante aquella época, no tenía ni que estudiar, ni que trabajar. Vamos, que no tenía nada mejor que hacer por las noches que aprender cosas sobre historia, ciencia, enigmas y fenómenos extraños de la voz de Juan Antonio y sus geniales colaboradores. Recuerdo especialmente los pasajes de la historia, que relataba magistralmente, con efectos de sonido y ambientación que, en la intimidad y oscuridad del dormitorio, hacían que pudieras casi ver a aquellos caballeros templarios, o casi estar en Normandía durante el desembarco...Y después, empezaba el "Esta noche o nunca", con el gran "Monaguillo"...¡Ah! Qué noches tan agradables aquellas. Tiene algo especial la radio, ¿verdad?

Un sentido recuerdo para él, pues, que seguro que anda agitado buscando la forma de, ahora que lo sabe, contarnos si hay y cómo es o no el más allá...

viernes, 19 de octubre de 2007

¡Cómo está el mundo!

Dice el señor Mayor Oreja que por qué iba a condenar el franquismo, si había mucha gente que lo apoyaba y que vivía con él en una extraordinaria placidez. Amén.

Un razonamiento impecable. Razonemos como él:
¿Por qué condenó tan enérgicamente el Partido Popular el tema de los GAL, si había mucha gente que lo apoyaba y pensaba que había que matarlos a todos?
¿Por qué condena tan categóricamente el partido popular
la dictadura de Fidel Castro, si hay un amplio sector de los cubanos que lo apoya, y que vive en una extraordinaria placidez bajo el mismo?
¿Por qué condenar la continua violación de derechos humanos en China si suponen un mercado inmenso de consumidores y de trabajadores que a un amplio sector le permite vivir plácidamente? Ah, bueno, que esto no lo condena nadie...Buenos, sí, Amnistía Internacional y alguna otra organización de enorme peso específico e influencia como la ONU...

Ay! Cómo traiciona el orgullo a veces a cabezas tan preclaras como esta...¿Qué le hubiera costado, señor Oreja, haber condenado el franquismo de cara al público? Y luego en su foro interno piense usted lo que quiera, como si opina que la lástima es que no diera tiempo a fusilar a todos los que no vivían con esa extraordinaria placidez.
Este Oreja, más que Mayor, parece Senil...

Y hay más. Al Gore premio Nobel de la Paz.
Y digo yo, este hombre, ¿Qué ha hecho? No sé, a lo mejor es ignorancia mía, aunque supongo que una persona que aspira a presidir los estados unidos, se cuida mucho de que se sepa ampliamente lo que hace y se publiciten sus méritos. Yo desde luego, no los conozco.
Ya puestos, se lo podían haber dado a Bush, que se ha reunido con el Dalai Lama...lo que pasa es que ya se había fallado, ¡Ay, Jorgito, llegó tarde! ¿Y no irá relacionada una cosa con la otra?

Pero hay más aún. James Watson, premio Nobel de medicina en 1962, ha hecho unas declaraciones estupendas. Dice que los blancos son más inteligentes que los negros, que lo sabe él, que es científico. Y dice además, que si hubiera posibilidad de saber si un niño que está en el vientre de su madre, será gay cuando crezca, la madre debería tener derecho a abortar si quiere.
Imagínense que en el ejercicio de tal derecho, la madre de Oscar Wilde hubiera decidido que éste no naciera...

Ay, ¡Cómo está el mundo! Aunque, hagamos un poco de autocrítica. Es muy fácil adoptar el papel de espectador y exclamar que cómo está el mundo, pero seguir participando de sus vicios, contradicciones y dislates varios, con el solo y pobre objetivo de...sobrevivir.

Pero, y si un día le echara valor...y si...quizá pudiera...

lunes, 15 de octubre de 2007

¿Talento o trabajo?

No sé si han visto esa campaña publicitaria en la televisión que consiste en un erizo anunciando seguros de coches (que digo yo que tampoco es demasiado afortunada la identificación de la seguridad con un bicho que tiene pinchos en la espalda)

Pues bien. En uno de ellos, el erizo en cuestión está en un gimnasio, y después de soltar la retaíla de bondades del seguro a una sudorosa muchacha, ésta le piropea diciendo algo así como: "Eh erizo, tienes buen aspecto". A lo que el bicho responde, todo digno: " Y eso que no vengo mucho..."

Me llamó la atención esa respuesta, porque además, creo que es una respuesta bastante común, ya no solo entre los erizos, sino entre los humanos.¿No creen?
Y esto se puede extender a cualquier otra cosa: Tocar un instrumento, sacar buena nota en un examen...Las respuestas serían similares: "Pues apenas practico", "Uy! Pues estudié el día antes"...

¿Y por qué se responde eso? Porque de alguna manera se quiere dar a entender que lo bien que se ve uno, no es fruto de las horas en el gimnasio, sino que es un poco innato, buenos genes que tiene uno, en suma, fruto de un talento natural.



Es como si a veces admitir que se ha hecho esfuerzo, que se ha trabajado, restara mérito al resultado conseguido. Es decir, de lo que nos gustaría presumir, es de tener talento. Porque esforzarse es cuestión de voluntad, pero el talento es cuestión de azar. Por eso es extraordinario, porque solo algunos son obsequiados con el don.



¿Y saben qué? Estoy de acuerdo. El talento es lo admirable. No dudo que la falta de éste, se pueda suplir con trabajo y esfuerzo. Es más, no niego que a veces para ser bueno, realmente bueno, el mejor quizá en algo, es necesaria la combinación de ambos.



Pero qué quieren que le haga, me declaro más devoto del talento. Y no quiero menospreciar el valor del esfuerzo y el trabajo. El esforzado tendrá siempre todo mi respeto. Pero el talentoso, tendrá mi admiración.



Sin embargo...Ahora pienso, ¿no será precisamente porque el talento viene de serie, porque no implica ninguna "acción" del individuo adquirirlo, por lo que acaso hacer algo bien si se tiene talento, no tiene mérito alguno?



En fin, quizá la mejor salida a esta disyuntiva, sea ni lo uno ni lo otro, sino lo que dice el siempre agudo Woody Allen:



" En esta vida, es mejor tener suerte que talento"

Y la verdad es que está el mundo lleno de "triunfadores" que efectivamente, ni esfuerzo, ni talento. Quizá este del triunfo sea un buen tema para otro día...

lunes, 8 de octubre de 2007

Octubres y octubres

La casualidad ha querido que un Octubre más, tenga que hacer otra visita a Madrid. A las dos de la tarde terminarán mis obligaciones "productivas", así es que tendré toda la tarde libre si quiero.
Es muy probable que repita un paseo similar a ese en cuyo relato acabó convirtiéndose la carta que reproduje el otro día.
Siento curiosidad por descubrir hacia quién o qué se dirijen mañana mis pensamientos, hacia dónde me llevan mis pasos, qué cosas me pide el cuerpo hacer...Será bonito en cualquier caso, ver que mi vida avanza, se mueve, comprobar que, afortunadamente, los Octubres son distintos unos de otros...

Lo que siempre estára en el mismo lugar, y a él siempre podré acercarme a realizar el pequeño ritual de "reinicio", es el kilómetro cero.

jueves, 4 de octubre de 2007

¿Razones para amar?

Hoy estuve dando una vuelta por un fotolog, y he encontrado estos versos que reproduzco sin permiso, en la confianza de que como formaba parte de una de esas cadenas supersticiosas, el autor o autora original estarán muy, muy lejos...

"Ama al hombre que te llame "bonita" en lugarde "sexy".
Al que te llame aun cuando le colgaste elteléfono.
Al que se quede despierto sólo para verte dormir.
Al que bese tu frente.
Al que quiera enseñarte al mundo cuando estés desarreglada.
Al que no le importe si engordaste o adelgazastecon el transcurrir de los años.
Al que te diga "que quieres comer hoy, que yococino"
Al que tome tu mano frente a sus amigos.
Espera al que te diga constantemente cuanto le importas y lo suertudo que es por tenerte.
Y que cuando te presente a sus amigos diga: "Es ella..."Ámalo pues él te ama y difícilmente dejaría dehacerlo."

Pues bien, yo digo:

Ama a quien amas, sin más
pues si verdaderamente amas,
no tienes elección
Y si a nadie amas, no ames

Ama a quien amas
por encima de gestos,
por debajo de orgullos

Ama sin reflexión
sin examen, sin razones,
sin estrategias,
sin estudios pormenorizados

Ama incluso a quien no te convenga,
áma más, si no te conviene

Ama sin criterios prácticos
que si en este mundo
de venta al mejor postor
y de compra de la mejor oferta
también en el amor se busca la ganga
entonces nada queda

Ama a pesar de los contras
y en contra de los pros

No ames a quien
alguien te aconseje que ames

Si no te tienes por cualquiera
no ames al perfecto candidato
que eso cualquiera lo hace

Ama también a quien sospeches que dejará de amarte,

y si lo hace, sigue amando

Ama a quien amas,
hasta que no le ames

Pero sobre todo,
nunca ames porque te aman.

miércoles, 3 de octubre de 2007

CARTA A UNA PINTORA

Ha llegado Octubre. Creo que el Otoño siempre nos impregna, al menos a mí, de una cierta melancolía. Y se me ha ocurrido que por ello, lo que voy a poner en la libreta es una carta que escribí hace algunos Octubres, a la que le tengo cierto cariño. Una de esas cartas, que se escriben aún a sabiendas de que jamás se enviarán, porque su destinatario no tiene ningún interés en recibir, o simplemente, porque no dejó ninguna dirección a la que hacerlo:


Pues un poco por azar (destino?), he venido a dar al Museo del Prado. Me he acordado de ti...Y he pensado que para rematar esta bonita tarde en la capital, podría estar bien sentarme por aquí, y ver si el recién llegado Otoño y el Prado me ayudan a escribir algo sobre tí. El Otoño porque parece como si, consciente de que no tardando mucho será monocromo e insípido, quisiera ahora en su juventud, emular a la multicolor y perfumada Primavera; y así con los primeros fríos trae siempre un aroma y color especiales, que resultan inspiradores.Y el Prado porque, bueno, huele un poco a óleo, supongo que como tú muchas veces, y porque, me imagino que también muchas veces, el Prado te ha tenido dentro...

Verás, es que... te cuento. Me sobraba un buen rato antes de “tomar” el tren de vuelta a Medina. Así es que he decidido dar un paseo por el centro de Madrid, algo que siempre me gusta hacer cuando vengo. Es una monstruosa, ruidosa y alienante ciudad, pero tiene encanto, sobre todo si vienes de visita. Además, como ya había cubierto el cupo de actividad “productiva” del día, me pareció buena idea “perder” un poquito el tiempo. A veces pienso que el único tiempo verdaderamente nuestro, es precisamente ese, el que perdemos.

Así es que, comencé el paseo. Salgo del metro en Gran Vía, casi a la altura de la Plaza de España. Se me ocurre ir a comprobar algo...Vaya, pues ya han borrado el “LOU NO” que el valiente gallego, durante aquella gran manifestación, pintó en el monumento que preside la plaza, a una altura que rozaba la temeridad, más que la valentía...Fue emocionante estar allí aquel día que parecía que la Universidad había despertado, y tenía la esperanza de que aquel “grito” en la piedra perdurara. Ya sé que no está bien estropear los bienes públicos, pero bueno, estuvimos allí porque creíamos que querían estropear uno de nuestros grandes bienes públicos...Y bueno, al fin y al cabo no fue tan grave la trastada, por que han “acallado” el grito, y la LOU salió adelante. Y me temo, que en realidad la Universidad tampoco había despertado realmente...


Empiezo a subir por la Gran Vía. Siempre me quedo mirando los enormes carteles que anuncian los espectáculos de la infinidad de teatros y cines que hay en esta zona. Algunos son verdaderas obras de arte...me vienen a la cabeza los carteles de Lautrec que inundaban las tiendas de souvenirs cuando estuve en Paris, en camisetas, en postales...Me acuerdo de tí.

Llego a Callao, y decido salir de la Gran Vía por la calle Preciados. Si no recuerdo mal iré a dar a la Puerta del Sol...No sin esfuerzo he conseguido pasar por delante de la FNAC sin entrar a echar una ojeada a la música. Sé que si lo hago, alguno de esos discos que solo allí están a tan buen precio, me llevaría. El caso es que creo que Pearl Jam acaban de lanzar un acústico en directo...No, no. Ya he gastado bastante, y se trata de “malgastar” el tiempo, no el dinero.

Pues efectivamente, al final de esa “Padilla” madrileña que es Preciados, aparezco en la Puerta del Sol. El corazón de la ciudad. Me acerco al kilómetro cero...Caigo en la cuenta de que, de alguna forma, mi vida se encuentra en un nuevo kilómetro cero. Hay una gran multitud, multicolor, de acá para allá, y a toda velocidad, claro. Solo yo parezco tener el privilegio de estar allí “perdiendo” el tiempo, caminando sin obligación ni objetivo que dirija mis pasos. Caminar...estoy pensando en tu manera de caminar, lenta, pausada, con pasitos cortos pero ejecutados con armoniosa parsimonia, como si meditaras cada uno de ellos. Caminas sigilosa, como temiendo ser oída, como evitando que tus pasos anticipen tu llegada...Creo que si se pudiera hacer el silencio suficiente, tu andar sonaría como un cuarteto de cuerda ejecutando un pizzicato, pianísimo pizzicato...

Bien, ¿y ahora, dónde?, me digo. Todo un lujo de pregunta, para estar en Madrid...Me decido por esa calle a la izquierda. Es la Carrera de San Jerónimo. Enciendo un cigarro y comienzo a recorrerla sin dejarme llevar por su nombre, y al poco tiempo, descubro con curiosidad un bonito rincón que no conocía. Es la Plaza Canalejas. Y digo bien rincón, porque es una placita pequeña, que rodeada de antiguos y altos edificios, parece replegarse sobre sí misma, como refugiándose del bullicio de los alrededores. Me gusta, es bonita.


Sigo avanzando por San Jerónimo, y ya empieza a adivinarse la majestuosa figura de Neptuno allí adelante. Pero antes, aparece a mi izquierda el Congreso. Y al pasar pienso que quizás algún día yo esté sentado en uno de sus butacones. Aunque, tal y como están las cosas ahí dentro, es posible que si un día ocurriera, será porque perdí algo que al menos hasta ahora, he querido preservar porque me parece bonito y valioso, y porque creo que en el fondo me ayuda a vivir: mi utopismo. Creo que te hablé de él...

Continúo mi errático paseo, y sale a mi paso una calle grande, ancha y ajardinada. Busco algún indicador...es el Paseo del Prado. Cruzo, rodeando al desafiante Neptuno, y...

...Y bueno, así es como he venido a dar al Museo del Prado. Me he acordado de tí. Y he pensado que sería bonito si me sentara aquí, frente al Prado, que tanto tiene que ver contigo y tratara de escribir algo sobre ti...

Me siento en un banco de piedra, bajo un gran árbol, justo enfrente de la estatua de Velázquez. ¿Sabes? Ahora que le observo, es gracioso, creo que tiene el mismo pelo que tú...Sí, definitivamente, si te dejaras una melenita algo más corta, tus rizos serían iguales que los suyos...

Saco un bloc y un bolígrafo, e intento citar a las musas. Al fin y al cabo no es mal sitio para que ande alguna merodeando ¿no?. Incluso creo que en el friso que hay sobre la puerta frente a la que me encuentro, aparece Apolo. La tarde se ha ido impregnando de un cierto aire tristón, una sensación de penumbra. Creo que va a llover....¡Mira! Una hoja seca acaba de caer sobre el papel... Sí, esto tiene que ser cosa de Apolo, animándome a escribir...De Apolo y del Otoño.

Sin embargo, no se me ocurre nada. Vaya, ¡esto sí que es perder el tiempo! Un montón de líneas escritas, y creo que no te he dicho nada de lo que iba a decir...En fin, ha sido una bella tarde de todas maneras.