jueves, 27 de diciembre de 2007

La foto de Jimmy

Nunca he hablado de la foto que encabeza el blog. Quizá debí hacerlo en la entrada inaugural, pero en fin, me dio por presentarme de otra forma, sin caer en la cuenta que la foto era tal vez la mejor carta de presentación.

Como dije ya allí y probablemente muchos supieran ya, es un fotograma de la película Quadrophenia, que fue la versión cinematográfica de la historia que el compositor y guitarrista de The Who, Pete Townshend, ideó y narró en forma de canciones en el disco del mismo nombre.

En realidad, la película simplifica un poco la idea original de Townshend, puesto que en ella se cuenta la historia de Jimmy, un adolescente en búsqueda de sí mismo y sus peripecias, sin más. Townshend, concebía a Jimmy como un personaje compuesto de cuatro personalidades en permanente conflicto, de ahí el título "Qadrophenia" a los que además él identificó con cada uno de los miembros de The Who, asignando a cada uno un "tema musical", es decir un auténtico "leit motif" al estilo de Wagner en sus óperas (al que el propio Townshend reconoce que "robó" algunas notas de viento), que aparecen, desparecen y se entremezclan a lo largo de todo el disco.

Nada de esta "quadrophenia" aparece en la película, que por lo demás, no hizo ninguna gran aportación a la historia del cine, pero que se convirtió en toda una película de culto, sobre todo entre los "mods", puesto que es el movimiento o "tribu" en la que Townshend inscribió al personaje y aparece retratado en la película.

Pero volvamos a la foto. Ésta pertenece a un momento importante en la película. Jimmy, parecía haber encontrado cual era su lugar, su identidad: Era un mod. Sin embargo, últimamente todo le había estado saliendo mal y todo le había decepcionado. Su chica ahora andaba con un tipo que no era ni la mitad de "buen mod" que él, el trabajo le aburría, sus propios colegas de tribu, no parecían entender como él qué era ser un mod, en casa el ambiente era irrespirable...Así que Jimmy siente la necesidad de escaparse, y decide coger un tren y volver a Brighton, junto al mar, como aquel fin de semana algún tiempo atrás. Este es un lugar que Jimmy mitifica, porque allí, aquel fin de semana, él tuvo la sensación de encajar en algo, de saber quién era y qué tenía que hacer: Ser un mod. Y Brighton era la meca de los mods, con sus noches anfetaminadas bailando hasta el amanecer en algún club luciendo traje y coreografía, cientos de scooters y las peleas con los rockers.

La imagen, es del momento en que Jimmy está en ese tren a Brighton. Y es una imagen que a mí me resulta llena de contenido. No puedo evitar sentir cierta identificación con Jimmy en esa imagen, y por ello la escogí para encabezar un sitio en el que vuelco parte de mi "vida interior".
Ahí vemos a Jimmy, en su viaje de huída y búsqueda, con las manos en los bolsillos, ocupando el escaso espacio que le ceden dos típicos "gentlemen" de aire grave y altivo, uno de los cuales le mira con gesto entre despectivo y desconfiado. Eso es, dos bien establecidos caballeros flanqueando a un Jimmy que mira con intención desafiante pero en realidad temeroso, encogiendo los hombros por no ocupar más espacio del que le los gentlemen le dispensan, que parece sentirse como un extraño, como un bicho raro que no encaja en el compartimento del tren que le ha tocado.

¡Por qué me identifico con Jimmy en la imagen? Porque para mí es muy simbólica de la manera en que yo a veces me siento. Viajando en el mismo tren, incluso en el mismo compartimento que dos "hombres de provecho" ocupándose probablemente de cómo van sus negocios y asuntos en la prensa y que son paradigma de "lo que hay que ser", y sin embargo sintiéndome extraño entre ellos, como faltándome el espacio. Ellos viajando quizás a una importante reunión de trabajo, y yo en cambio con la mente puesta en otra cosa, viajando en busca de mi lugar propio, de mi "tribu", un símbolo, un "Dorado". Como Jimmy, buscando Brighton, junto al mar.

Cuando Jimmy llega a Brighton, descubre que allí no queda nada de lo que hubo, que no hay rastro de la frenética actividad juvenil de aquel fin de semana. Y su decepción con la vida se consuma cuando ve como su gran ídolo, el mod más mod y al que él más admiraba con la scooter más sofisticada y el traje más elegante, es un simple botones que descarga maletas de gente corriente en un hotel. Incluso los auténticos mods, le han decepcionado

Y esa es la metáfora que veo tan nítida en esa foto. Muchas veces, tengo la sensación de que la vida es un billete para un gran viaje, al mar,a Brighton. Pero ocurre que te encuentras en un compartimento en el que te falta el aire, el espacio, en que te sientes extraño entre gente respetable y que sabe cómo y para qué se viaja. Es decir, lo establecido y los modelos de vida "como Dios manda", representado en los gentlemen, en ocasiones parecen limitar mi espacio y resultarme ajenos, extraños. La vida, a veces, se me antoja un precioso traje que se me regala, tan bonito que ningún mod rechazaría, pero que sin embargo, no es de mi talla y no me permite bailar a gusto en el club...


Y si vamos más allá, puede que al llegar al destino, se encuentre que El Dorado, Brighton, no existe. Y que ser un mod es una estupidez porque en realidad acabas convirtiéndote en un simple botones, cargando con las maletas de los "gentlemen". Y quién sabe, a lo mejor acabas claudicando y pensando que aunque sea incómodo el traje de gentlemen, no lo es menos el de botones y con aquel, no cargas maletas. O...

¿O tal vez hay más salidas? ¿Puede ser una buena alternativa ser botones de día, y mod de noche? O, ¿hacemos un ejercicio de coherencia y honestidad y somos mods con todas las consecuencias y hasta el final, como termina haciendo Jimmy?

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